"Aquí no te cogen como a un humano"

Abdel (30) es de Tetuán y entre transporte y comida calcula que se deja unos diez euros cada vez que se traslada a Ceuta. Hasta hace solo unos días tenía trabajo en su tierra y hacía tiempo que no se acercaba a los polígonos del Tarajal.

Es miércoles, día en el que el paso para porteadores está reservado a las mujeres, por eso él ha cruzado por la frontera común. Y no es el único. La división por géneros tiene la contrapartida de haber reducido a la mitad la posibilidad de ingresos por lo que tanto ellos como ellas cruzan como otro ciudadano más cuando no pueden hacerlo por el Tarajal II. En ese caso el riesgo de que la carga les sea requisada aumenta.

El jueves, ese sí el día de los hombres, a Abdel se le vuelve a ver en busca de un fardo que cargar, en una jornada que comienza tranquila pero que se complica al saberse que hay una inspección en la frontera, después de que 24 horas antes se encontraran medicamentos en uno de los paquetes.

Como ocurre con las mujeres, entre los hombres que portean hay personas mayores, pero la media de edad baja considerablemente y es más habitual encontrar entre ellos a quienes tienen menos cargas familiares. Abdel, por ejemplo, mantiene a su madre, pero no está casado ni tiene hijos.

Este marroquí reconoce que en una semana de porteo puede llegar a rozar los 300 euros que gana en su país durante un mes en una fábrica pero agrega que se trata de una actividad tan dura que la gente solo se dedica a ello si no tiene otra forma de sobrevivir.

Créditos

En este especial han participado: Araceli Guede (textos y entrevistas), Jorge París (fotografía), Guillermo Fernández Savater (vídeo), Carlos Gámez Kindelán (diseño y gráficos) y Álex Herrera (coordinación y producción).